Archive for the ‘Historia’ Category
julio 16th, 2011
En mil novecientos noventa y nueve publiqué un ensayo titulado “CASOS Y COSAS DE LA HISTORIA” en el cual escribí que la Isla de Pharos le debía su nombre al Piloto de la nave de Ulises, que murió en una escala que realizaron en esa isla en el complicado y prolongado viaje hasta Ítaca después de la Guerra de Troya. Hace un tiempo vi por televisión un documental que intentaba reconstruir el azaroso viaje de retorno de Ulises a Ítaca. Según esa investigación, habría navegado por casi todo el Mediterráneo, pero no habría pasado ni cerca de Egipto, me llamó la atención esa discrepancia con lo que yo había escrito y, obviamente, fui a consultar a mis fuentes. Grande fue mi sorpresa cuando, en un diccionario de mitología griega, e incluso en otras referencias, leí que Pharos no había sido el piloto de Ulises, sino de Menelao. La verdad que no sé porqué puse que era el piloto de Ulises, cuando era claro que ni mis propias fuentes me lo sugerían, pido mis disculpas por ese error y lo rectifico por este único medio. Si algún día publico la segunda edición de “CASOS Y COSAS DE LA HISTORIA”, algo que es altamente improbable, haré referencia a la errata.
De todas maneras, como la aventura egipcia de Menelao tiene todos esos condimentos de la mitología griega, voy a relatarla brevemente porque me parece interesante. Una vez repartido el botín de Troya (mujeres incluidas), circunstancia que generó muchas enemistades entre los vencedores (no por las mujeres, sino por el botín), uno tras otro, los victoriosos guerreros griegos emprendieron viaje de regreso a sus hogares con suerte diversa (muchas sorpresas podían encontrar a la vuelta después de casi veinte años fuera de sus hogares), entre ellos Menelao, quien tuvo la mala suerte que Atenea le enviara una tormenta de la cual sobrevivieron solamente cinco naves, las cuales luego de muchas peripecias recalaron en la Isla de Pharos, donde quedaron varados al no soplar vientos favorables porque parece que habían ofendido a un dios. De no haber hecho nada se hubieran quedado ahí de por vida, pero tuvieron la suerte de ser aconsejados por la ninfa Idotea, quien les sugirió que capturasen a su padre, el dios marino Proteo, que era el único que podría decirles a que dios habían ofendido y como podrían romper el hechizo y conseguir vientos favorables para volver a Esparta. Según parece Proteo tenía un rebaño de focas que llevaba a la Isla frecuentemente, entonces Menelao y tres secuaces se camuflaron de focas con unas pieles malolientes y se unieron al rebaño, en un determinado momento, aprovecharon que Proteo estaba distraído o dormitando y lo apresaron luego de muchos forcejeos, durante los cuales el dios marino se transformó en león, jabalí, árbol, agua y serpiente, pese a todos los artilugios del dios lograron inmovilizarlo y lo obligaron a que dijera la profecía. Proteo dijo que Agamenón había sido asesinado y que Menealo debería volver propicios a la diosa Atenea, que era la que había ofendido, mediante ricas ofrendas. Una vez apaciguó a Atenea con sus regalos y construyó un cenotafio para su hermano, los vientos se volvieron propicios y Menelao pudo regresar, con Helena, su diezmada flota y su menguado botín, a Esparta.
agosto 3rd, 2010
LOS SERBIOS SITIAN VUKOVAR
En mil novecientos noventa y uno, cuando a los croatas se les ocurrió declarar su independencia de Yugoslavia, el hecho no fue visto con beneplácito por las autoridades de Belgrado, que reaccionaron como siempre han reaccionado todos los poderes centralistas de todo el mundo en todas las épocas cuando vislumbran que van a perder privilegios: iniciaron una guerra de anexión contra Croacia, para transformarla en provincia serbia cuya capital sería Vukovar, una pequeña ciudad ubicada en la confluencia del Río Danubio y el Río Vuka.
Para ello enviaron al Ejército Popular Yugoslavo apoyado por paramilitares serbios con armamento pesado, tanques, aviones, cañones de largo alcance, etc., para tomar la ciudad de Vukovar, que fue defendida por los croatas con armamento insuficiente para oponerse a una fuerza superior en número y equipamiento.
Los serbios encontraron mayor resistencia que la esperada y, durante varios meses, establecieron un sitio que impedía tanto la salida de los sitiados, como la entrada de ayuda humanitaria que pretendía atender a los niños y a los heridos. Una lluvia de metralla y fuego caería sin piedad sobre Vukovar, transformando la ciudad en ruinas y escombros, mientras sus quince mil habitantes, de los cuales tres mil eran niños, se refugiaban en los sótanos, sin agua, víveres, ni medicinas.
UNA MISIÓN PARA LA Tve
Era la repetición de tanto asesinato y horror a la que Europa está acostumbrada desde hace milenios, parecía que era una película que ya se había visto y, en medio de tanta locura e irracionalidad, un puñado de croatas realizó una incursión: su objetivo, ganarle unos metros a los serbios para que los camarógrafos de la televisión española pudieran filmar los tanques más de cerca, y que las sociedades desarrolladas, consumistas y opulentas pudieran disponer de un producto para exquisitos: ver en el telediario, en acción, el pesado armamento con el que las tropas sitiadoras, más tarde o más temprano, masacrarían a los sitiados.
LA MISIÓN COSTÓ LO SUYO
El saldo para que la filmación de la incursión croata pudiera salir abriendo el informativo de la televisión española, fue de un muerto y cinco heridos, todo ello gracias a que el jefe del pelotón que hizo la incursión, el comandante Grüber, de veinticuatro años, era amigo de Arturo Pérez-Reverte[1] que se encontraba por esos rincones del mundo como corresponsal de guerra.
Es una forma de lograr un reportaje que abriera el informativo central de la Televisión española, aunque pienso que mejor hubiera sido filmar una escena ficticia como la de la jovencita con un gato en brazos en un pueblo arrasado de una ficticia Albania[2], pero también es cierto que en la guerra siempre se consiguen artistas desechables y más baratos.
LA BOCHORNOSA RETIRADA Y MASACRE
Después de eso, una madrugada, los reporteros se fueron arrastrándose por un sendero, sin mirar para atrás y avergonzados de tener un salvoconducto que les permitiera salir de Vukovar, sintiendo sobre sus nucas las miradas de aquellos jóvenes croatas condenados por no tener carné de prensa.
Como era previsible, después de tres meses de sitio, Vukovar cayó en manos serbias y se cometieron todo tipo de atropellos, asesinatos y vejaciones, también mataron al comandante Grüber, al que sacaron del hospital con un pie amputado, escupiendo sangre por la metralla que tenía en sus pulmones y lo fusilaron, igual que al resto de su pelotón, que peleó hasta que se quedaron sin municiones.
UNA MAÑANA CON JÓVENES FANTASMAS
Por eso cuando una mañana, varios años después de sus peripecias por los Balcanes, Pérez-Reverte leyó en un diario “Croacia recupera a Vukovar”, seguramente muchas cosas le pasaron por su mente, y no me llamó la atención que haya desenterrado los videos que tenía de aquella época y, mirándolos, pasara la mañana bebiendo coñac con los espíritus de aquellos jóvenes croatas que ya no están…
[1] Todo esto está descrito en un artículo de Arturo Pérez-Reverte, titulado “
Regreso a Vukovar” y publicado conjuntamente con otros varios de los artículos que escribió en “
El semanal”, en el libro titulado “
Patente de corso”.
[2] De la película “Wag the dog” (Cortina de humo) de Barry Levison, con Dustin Hoffman y Robert de Niro.
Se autoriza la reproducción total o parcial indicando la fuente.
abril 19th, 2010
A lo largo de la historia los gobiernos de turno siempre han tratado de imponer una “Historia Oficial”, con mayor o menor éxito, y lo han hecho de las maneras más variadas, algunas de ellas sumamente sutiles, tanto que muchas veces es difícil percatarse de qué manera están intentando imponerla,sobre todo cuando se trata de una campaña propagandística insidiosa, encubierta y brillante.
Uno de los ejemplos de medida de apoyo a la consolidación de una “Historia Oficial” fue el proporcionado, hace más de dos mil años por la “Eneida” de Virgilio, que es considerada la obra maestra de la poesía latina, pero la realidad nos muestra que, además de sus valores literarios, que los tiene, es una obra con un claro objetivo político.
Virgilio fue contemporáneo y amigo de Augusto (Cayo Julio César Octavio Augusto, varios nombres como para dejar en claro cual era su linaje, era sobrino nieto de Julio César), fue el primer emperador romano. Se consolidó en el poder luego de derrotar a Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio (Actium), poniendo fin a un siglo de sangrientas guerras civiles.
Durante su dilatado gobierno (27 a.C.- 14 d.C.) hubo un período de paz, desarrollo cultural y prosperidad llamado la «Era Augusta«. Es claro que mantenerse en el poder durante tanto tiempo en ese turbulento período de la historia, y morirse de causas naturales, muestran claramente que Augusto era un hombre que dominaba y manejaba brillantemente los hilos del poder. Su amistad con el poeta llevó a que éste escribiese un poema de alabanzas del clan Julia, al que pertenecía Augusto, de esa manera el glorioso pasado de sus antecesores le brindaba una justificación para proclamarse emperador. También es casi seguro que la “Eneida” fuese escrita por sugerencia de Augusto, con el objetivo de mostrar al mundo el destino glorioso de Roma y de las virtudes de los romanos, heredadas de sus antepasados (lealtad, valor, orden y firmeza), es decir, legitimar el destino imperial de Roma y la superioridad de los romanos.
Para escribir una obra que exaltara la gloria de Roma, Virgilio recurrió a los clásicos, en particular, a “La Ilíada” cuyos héroes más importantes, Aquiles y Héctor, eran dos personajes diametralmente opuestos, Aquiles era irascible, pendenciero e impulsivo y había ido a la guerra por la gloria y el botín, en tanto que Héctor era un hombre racional, equilibrado, sereno y valiente, más que guerrero era un padre de familia y estaba luchando por su vida y la de todos los troyanos, defendiéndose de una invasión con claras intenciones de saqueo. Virgilio no dudó en identificar el espíritu de los troyanos con el de los romanos, eran hombres de principios y no matones aventureros. Entonces rescata a Eneas, que era un personaje menor de “La Ilíada”, protegido de los dioses del Olimpo y destinado a cumplir una misión.
Virgilio inventó que la misión era un encargo de Zeus de fundar una ciudad que dominaría el mundo, de esta manera transformó la “Eneida” en una epopeya con aureola divina: el héroe tenía una misión encargada por los dioses y era, nada menos, que fundar una ciudad que dominaría el mundo. Era obvio que si alguien, mandatado por los dioses, tenía una misión con esos propósitos, tenía que ser bueno, y quien intentase impedírselo sería malo. Cuando Zeus encargó a Eneas su misión, Hera, protectora de Cartago, se enteró y preocupó, era evidente que si alguien iba a fundar una ciudad que dominara el mundo después de la guerra de Troya, esa ciudad iba a tener problemas con Cartago en su camino hacia el poder total, por lo tanto la diosa intentó evitar que Eneas cumpliera su misión. Con esto Virgilio fabricó a los malos de la película: los cartagineses, que serían aceptados como tales sin discusión por los romanos.
La fuerza de la propaganda de la “Eneida” ha sido tal que aun en la actualidad podemos ver en la película “Aquiles” encarnado por Brad Pitt, en la que los troyanos poseen una espada que, mientras alguno de ellos la tuviera, Troya no desaparecería. Al final de la película, cuando los griegos estaban saqueando la ciudad, algunos troyanos se escapaban por un túnel, en ese momento Paris tiene esa espada y sabe que no podrán resistir mucho más tiempo, entonces se dirige a un joven que iba a entrar al túnel y le pregunta “¿Cómo es tu nombre?” Y el joven le contesta “Eneas”, Paris le entrega la espada: es decir: le da el testigo de una posta que continuará en Roma, propaganda efectiva por dos mil años, no es pavada (En realidad esta anécdota nunca pudo haber sucedido, según cuenta la Historia, Paris había muerto antes del saqueo de Troya, después de matar a Aquiles). Luego de la fuga de Troya, Eneas llegó a Cartago después de haber naufragado en una tempestad, debido a una intervención de Hera para desviarlo de su destino. Allí conoció a la reina Dida, ambos se enamoraron y, pasándola bien con la reina, después de haberse salvado de la masacre que hicieron los griegos en Troya, Eneas se va olvidando de la tarea que Zeus le había encomendado, después de todo ¿Para qué fundar una ciudad que domine el mundo si ya estaba fundada y él era, de hecho, el rey? Pero Zeus le recordó que tenía una misión.
Eneas, quien sabe si temeroso de los dioses o porque ya estaba cansado de Dida, la abandonó y continuó su viaje, Dida, despechada y desesperada se suicidó ¡Brillante Virgilio! Desde el punto de vista machista de la época, el despecho de Eneas y el suicidio de Dida era una clara demostración de la superioridad romana sobre Cartago. Después de muchas andanzas, Eneas recaló en Italia en la desembocadura del Tíber, se adentró en el territorio y conoció a Lavinia, hija del Rey de Lazio a quien tomó por esposa, luego de algunas peripecias, fundó Roma, la ciudad que dominará el mundo.
La “Eneida” no es un panfleto, es un largo mensaje propagandístico encubierto que consta de doce libros que demoró diez años en escribirla y, además de su contenido ideológico para glorificar a Roma y su emperador, está escrita por uno de los mejores poetas de la antigüedad, es el resultado de un largo trabajo de investigación de las antiguas epopeyas griegas y romanas, aunque tiene un lenguaje propio y original y una perfección métrica que lo convirtieron en modelo de excelencia formal durante siglos.
Por algo Virgilio era el poeta preferido de Trajano, que decía “Si no es como Virgilio, no merece ser leído, y si lo es, ya lo tenemos a él”, obviamente le cabían las generales de la ley y, con sus observaciones, también daba su mensaje al alabarlo de esa manera. En realidad la “Eneida” no deja de ser, por más que tenga su valor literario, una obra comprometida con un objetivo político que intenta consolidar una “Historia Oficial”.
Se cuenta que antes de morir Virgilio le pidió a sus amigos que destruyeran los manuscritos, quizá un tardío arrepentimiento por su aporte a la glorificación de Augusto y del Imperio Romano.
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abril 1st, 2010
Consejo de Ministros
“Y sin duda nuestro tiempo… prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser… lo que es ‘sagrado’ para él no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado.” Feuerbach, epígrafe de “La sociedad del espectáculo”, publicado en 1967.
“La sociedad del espectáculo” es un ensayo, cuyo autor Guy Debord (1931-1994), escritor, cineasta y activista político francés, un personaje talentoso, complejo, controvertido y polémico, fundador y líder de un pequeño grupo ultrarradical que arremetía contra todo y contra todos, denominado la Internacional Situacionista, fundada en 1957, que pretendía ser la nueva vanguardia artística y filosófica durante la segunda mitad del siglo veinte. Sus conceptos no encajaban con los de la sabiduría convencional de los intelectuales contemporáneos, a quienes despreciaban, ellos pretendían una revolución cultural de una sustancia muy diferente a la de los movimientos revolucionarios de la época[1]. Eran una especie de post anarquistas y tuvieron cierta responsabilidad en las revueltas de mayo del 68 en Francia, algunos dicen que su influencia fue marginal y otros que el movimiento Situacionista fue el responsable ideológico de los desórdenes, pero lo cierto es que eslóganes como “No trabajéis nunca”, “Gozar sin trabas”, “Consumid más, viviréis menos”, que estuvieron de moda durante esos sucesos, fueron acuñados años antes por los situacionistas.
El grupo se disolvió en abril de mil novecientos setenta y dos, el propio Debord junto con Gian Franco Sanguinetti, explicaron que las ideas del movimiento ya habían sido diseminadas, dando por terminada su razón de ser. Un fin demasiado silencioso para una agrupación ultra vanguardista, revolucionaria e intransigente y con un pasado glorioso, seguramente el fracaso en la revuelta de mayo del sesenta y ocho caló hondo en los situacionistas y, fundamentalmente, en Debord, quien más tarde reconocería que acertó en los diagnósticos pero se equivocó en las recetas. A partir de entonces seguiría escribiendo y haciendo cine experimental (que no tuvo buena crítica) pero sin ningún aporte relevante. Se suicidó en mil novecientos noventa y cuatro como consecuencia de una enfermedad irreversible derivada de su adicción al alcohol, prefirió darse un tiro en el corazón cuando la situación era inaguantable, antes que caer en manos de médicos, a quienes aborrecía, así era de radical.
Debord, en «Comentarios sobre la sociedad del espectáculo» (1988) observaba, hace ya muchos años, un fenómeno que estaba adquiriendo cada vez mayor relevancia: “La posesión de un ‘estatus mediático’ ha adquirido una importancia infinitamente mayor que aquello que uno haya sido capaz de hacer realmente.” Y también: “Aquello de lo que el espectáculo puede dejar de hablar durante tres días es como si no existiera. El espectáculo habla entonces de otra cosa, que, a partir de ahí, en resumidas cuentas, existe. Como se ve, las consecuencias prácticas son inmensas.” Con esta concepción el “Pienso, luego existo” de Descartes se transforma en “Soy mediático, luego existo”, es una nueva racionalidad.
El espectáculo, en la concepción de Debord, el viejo sueño de las clases dirigentes de poder transformar la ficción en realidad, siempre existió en mayor o menor medida a través de la historia y las civilizaciones, lo que sucede actualmente es que, con los nuevos medios de comunicación masiva y la evolución de las técnicas de manipulación, las clases dirigentes disponen de herramientas capaces de transformar la ficción en realidad como nunca antes habían tenido.
El film “La cortina de humo” (Wag the dog), protagonizado por Dustin Hoffman y Robert de Niro, creo que puede considerarse la versión cinematográfica actualizada de “La sociedad del espectáculo”, muy diferente de la que filmó Debord, quien seguramente no la aprobaría, pero, a mi modo de ver, tiene el mismo mensaje, aunque su apariencia sea más light que el estilo de intelectual de mediados de siglo XX de Debord. Lo que sucede es que los norteamericanos son más sencillos y dicen las cosas de modo que se entiendan.
Seguramente en un futuro próximo el principal espectáculo será la denuncia del poder de los medios de comunicación y de su tergiversación de la realidad, así funciona el espectáculo, de esa manera la denuncia pasa a ser una realidad, o sea una ficción.
Debord fue devorado por “La sociedad del espectáculo”, por una razón muy sencilla, la tecnología forma parte de la cultura, como también el espectáculo, eso fue así desde los inicios de la civilización y, pese a todos sus inconvenientes, la cultura convencional es permeable al progreso y cuando aparecen nuevas ideas, se apropian de ellas y las adaptan a sus intereses.
A diferencia del gozo sin trabas que preconizaban los situacionisas, en la actualidad se goza sin ahorro, se paga con tarjeta de crédito en infinitas cuotas y se lo exhibe con regocijo, es real pero también ficción…y produce crisis reales.
[1] Para Debord y los situacionistas, los regímenes de China, Vetnam del Norte y Cuba eran capitalismos burocráticos de estado y “la hora del sindicalismo revolucionario pasó desde hace tiempo, porque bajo el capitalismo modernizado, todo sindicalismo tiene reconocido su sitio, grande o pequeño, en el espectáculo de la discusión democrática sobre los acicalamientos del estatuto del trabajo asalariado, es decir, es interlocutor y cómplice de la dictadura del trabajo asalariado: democracia y trabajo asalariado son incompatibles”. Carta de Guy Debord a los anarquistas españoles de setiembre de 1980, titulada «
A los libertarios«.
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diciembre 3rd, 2009
Cuando me faltaba un año para recibirme decidí hacer un curso intensivo de inglés, lengua que con el nombre que tengo debería dominar, en dicho curso, a partir de determinado nivel, los alumnos debíamos hacer breves exposiciones sobre un tema a nuestra elección, cuando tuve que hacer una de esas exposiciones y recordé que una vez había leído un ejemplar del “The Nacional Geographic Magazine”, de noviembre de 1935, que tenía un artículo sobre el canal de Suez en el cual se decía que en tiempos de Seti y Ramsés II (aproximadamente 1300 A.C.), los antiguos egipcios habían construido un canal que unía el Nilo con el Mar Rojo, así que en la charla que me tocó hablé sobre este canal. Más tarde leí sobre su existencia en “Historia de la Ingeniería” del Ing. Enrique Chiancone (profesor de esta materia en la Facultad de Ingeniería, materia que lamentablemente no existe más). Grande fue mi sorpresa al enterarme que los egipcios se habían adelantado a Ferdinand de Lesseps por más de tres mil años, pero no tuve una actitud crítica frente a ese hecho, quizá por la seriedad de las fuentes o porque mis prioridades estaban lejos de analizar lo que se decía que había sucedido.
Hace poco tiempo me pidieron que diera una conferencia sobre el agua en la cual hice referencia a obras hidráulicas de la antigüedad y lógicamente cité al canal que unía el Nilo con el Mar Rojo.
Después de esta conferencia, en la cual hice algunas reflexiones sobre la importancia de dicho canal para el comercio, me empecé a preguntar cómo era que el contacto entre oriente y occidente fue tan escaso por esos tiempos pese a tener una comunicación marítima y comencé a investigar más seriamente sobre el tema.
La historia que se cuenta es más o menos ésta: aparentemente aproximadamente por el año 2000 A.C., bajo el reinado del faraón Sesostris I (XlI Dinastía) existía una comunicación acuática que unía el Nilo con el Mar Rojo por el Wadi Tumilat (una zona baja al este del delta del Nilo) y los Lagos Amargos, no existe información de cómo fue construido, pero se estima que estuvo operativo de forma intermitente hasta el siglo VII A.C. que fue abandonado debido a los trastornos políticos y la falta de mantenimiento. De esta época se pueden destacar las expediciones realizadas en los tiempos de la faraona Hatshepsut por el 1500 A.C. que hizo varias incursiones marítimas al reino del Punt (probablemente Eritrea en la costa oriental de África sobre el Mar Rojo).
Mas adelante, el faraón Necho (Necao), aproximadamente por el 600 A.C. intentó reabrir este canal y pese a que sacrificó varias decenas de miles de esclavos para la tarea, no la concluyó debido a consejos de sus astrólogos.
Luego de la conquista de Egipto por Darío (512 A.C.), éste continuó la obra de Necho y la construyó aún más monumental, el canal tenía 45 metros de ancho y permitía el cruce de dos embarcaciones simultáneamente. A la inauguración de la obra asistió el propio Darío y fue una ceremonia grandiosa, la escuadra imperial navegó el canal en presencia del rey para transportar a Persia los tributos de las provincias orientales y se colocaron tres enormes estelas conmemorativas de granito rosado.
La reapertura del canal de Suez convirtió a Egipto en el centro de la economía oriental. La conquista del valle del Indo y su transformación en satrapía colocó a toda la economía india bajo el dominio de Darío. La ruta marítima que unía directamente Persia el Indo y las costas de Arabia en el Mar Rojo y por éste a los puertos de Fenicia y de Jonia sustituyó, en provecho de Egipto, a la antigua ruta terrestre de la India a Babilonia. A partir de entonces la importancia económica de Mesopotamia decaería.
Tiempo después de la conquista de Egipto por Alejandro Magno y del reparto de su Imperio, durante la dinastía Tolemaica, el canal fue mejorado y Ptolomeo Philadelphus propuso hacer un canal por el istmo, uniendo directamente el Mediterráneo con el mar Rojo, seguramente pensando que no presentaría los problemas de aterramiento que tenía el antiguo canal debido a los sedimentos transportados por el Nilo, pero fue persuadido por sus asesores por la creencia que el nivel del Mar rojo era superior al del Mediterráneo y que la de unión de ambos mares causaría una gran inundación, creencia que se mantuvo hasta el siglo XIX, incluso Napoleón, a quien también se le ocurrió hacer un canal con esa traza, fue convencido por su ingeniero jefe que el Mar Rojo tenía un nivel diez metros superior al Mediterráneo.
Durante la dominación romana, el emperador Trajano que gobernó Roma a principios del siglo II D.C. modificó el trazado, se preocupó en la construcción y mejora de puertos y mejoró la circulación de las aguas, el canal por esos tiempos fue llamado Río de Trajano, pero ya en tiempos de Constantino, finales del siglo III D.C. estaba aterrado y no era operativo.
Con la conquista árabe de Egipto en el siglo VII el canal entra en la última etapa de su historia, fue reabierto en el invierno del 641-642 D.C. y estuvo operativo hasta finales del siglo VIII bajo el nombre de “Canal del Comandante del Fiel”. En el 778 D.C. fue cerrado deliberadamente por el Califa al-Mansour por razones militares.
Esta es, relatada de forma muy breve, la historia del canal que unía el Nilo con el Mar Rojo tal como, a mi entender, surge de la lectura de libros y artículos, pero no todos cuentan la historia de esta manera, hay muchas dudas y opiniones respecto de este canal, lo cual es lógico ya que hurgar en la historia de hace cuatro mil años no es algo tan sencillo, no solamente porque es difícil la supervivencia de documentos y construcciones tan antiguos, sino también porque las historias que nos llegan de esas épocas son las historias oficiales, que en general tienden a glorificar y magnificar a los gobernantes de turno y todo lo que hicieron, más que a brindar una visión objetiva de los hechos, con el agregado que en el caso de la información escrita obtenida de los egipcios es una traducción de un idioma que hace milenios se dejó de hablar y que recién hace doscientos años se pudo descifrar. Un lenguaje real no es como un lenguaje matemático que tiene una única interpretación, sino algo que tiene ambigüedades, así que las traducciones de documentos egipcios siempre son motivos de discusión. Si la documentación es de segunda mano, empieza a funcionar el “teléfono descompuesto” introduciendo aún más ruido, si todavía agregamos que esos documentos han sido escritos por personas con una formación cultural diferente, es lógico reconocer que la reconstrucción de lo sucedido en épocas remotas es una aproximación, a veces grosera, de lo que verdaderamente pasó.
O sea que no es de extrañar que haya quienes cuenten la historia de una forma muy diferente, no todo el mundo piensa que dicho canal existiera desde el año 2000 A.C., por ejemplo, Posener entiende que no fue sino hasta los tiempos de Necho en que se comenzaron las obras, también Redmount señala que si bien los clásicos (Aristóteles y Plinio el Viejo) hablan de la existencia de un canal en tiempos anteriores a Necho, en aquellos tiempos las regiones centro y este del Nilo, así como las de las adyacencias al Istmo de Suez tenían una muy baja densidad de ocupación, por lo cual las posibilidades de comercio eran escasas y con seguridad los costos de construcción y mantenimiento excederían a los beneficios, agregando (Redmount) que también era posible que la tecnología necesaria para construir y mantener operativo semejante canal no estaba disponible en esos tiempos.
Las razones esgrimidas son sólidas, con excepción, a mi juicio de que la tecnología no estuviera disponible, en estas cosas hay que respetar a los antiguos egipcios que se las ingeniaban para hacer cosas asombrosas con los recursos que disponían. Pero también es cierto que no solamente las zonas indicadas por Redmount estaban deshabitadas, sino que también había como dos mil kilómetros de Mar Rojo que estaban casi desiertos (aún hoy lo están) y con unas costas a la que desaguan ríos intermitentes, no había mucha cosa para conquistar, negociar o reabastecerse y la construcción de una obra de esa envergadura seguramente consumiría excesivos recursos que nunca serían recuperados y que se podrían utilizar en alguna otra cosa de mayor utilidad.
Los argumentos de Redmount y Posener, por citar a dos egiptólogos que cuestionan la existencia del Canal de los Faraones antes de Necho, son sólidos, pero creo que puede haber otras visiones para analizar el hecho.
Por ejemplo la geología nos brinda una información interesante, primero porque nos obliga a pensar que en otras épocas la geografía no fue como la conocemos hoy, el clima está variando continuamente con lo cual la temperatura ambiente, los caudales de los ríos, su cauce, etc. pudieron haber sido bastante diferente de lo que son ahora, esto es especialmente importante en Egipto ya que si no fuera por el Nilo sería un desierto, variaciones en la pluviometría afectan los caudales del río, los niveles y permanencias alcanzados por las crecidas y su importante aporte sólido de nutrientes y por lo tanto a la economía de la región.
La geología nos dice que en tiempos no muy remotos (a escala geológica) el Mar Rojo y el Mediterráneo estaban unidos por un Canal de Suez natural, movimientos tectónicos fueron elevando el territorio en el golfo de Suez y deprimiendo el Mediterráneo, o sea que a medida que esto sucedía este canal se cortó y la cabecera del Mar Rojo fue retirándose hacia el Sur, esto sugeriría que los Lagos Amargos eran parte del Mar Rojo en tiempos geológicamente recientes, por ejemplo hace cuatro mil años.
También las investigaciones sobre relatos bíblicos proporcionan informaciones interesantes al respecto. A esa zona le han dedicado mucho estudio, investigación y discusión porque por ahí fue que David cruzó el mar, que se abrió a su paso y luego se cerró abruptamente para ahogar a los egipcios que los perseguían, eso de alguna manera podría ser explicado por la existencia del canal.
La Biblia habla de un Mar de Cañas (papiros), que algunos identifican con el Mar Rojo, pero las cañas no crecen en ambientes salinos, algunos sugieren que la cabecera del Mar Rojo (posiblemente los Lagos Salados en esos tiempos) tuvieran algún tipo de conexión natural con el Nilo de modo tal de transformar esa zona en un estuario y por lo tanto, al haber aporte de agua dulce, presentar condiciones de salinidad adecuadas para el crecimiento de las cañas.
De estas últimas observaciones podríamos concluir que en tiempos relativamente recientes un brazo oriental del Río Nilo desaguaba en la Cuenca del Mar Rojo, es decir existía una conexión natural entre el Nilo y el Mar Rojo. Esta comunicación podría ser intermitente, dependiendo de las crecidas anuales del río e incluso establecerse en crecidas excepcionales, hay que tener en cuenta que el Nilo es el río más largo del mundo y tiene un régimen muy particular, una vez por año se producen lluvias muy abundantes en la cabecera de la cuenca que ocasionan una onda de crecida que se traslada todo a lo largo del río atravesando un desierto prácticamente sin ningún otro aporte, esta circunstancia hace que esta onda de crecida a la altura del delta (en el bajo Nilo) tenga una permanencia del orden de meses, además el incremento de nivel del pelo de agua es del orden de la decena de metros, o sea que este aumento de nivel podría permitir una conexión entre el Nilo y el Mar Rojo y aunque la conexión fuera intermitente, el tiempo que se hubiera podido utilizar no hubiese sido despreciable. Tampoco son de despreciar las mareas del Mar Rojo, que en Suez tienen una variación importante. O sea que en una zona tan llana, tanto la magnitud de las crecientes del Nilo como las mareas del Mar Rojo pudieron haber tenido un papel importante en establecer una conexión natural entre ellos.
Este canal se habría ido aterrando por los aportes de sedimentos, la arena de las tormentas del desierto y por el ascenso de la región de Suez, parecería que estos problemas de aterramiento fueron muy importantes y dejaron al canal fuera de servicio por largos períodos por falta de mantenimiento.
El hecho de la existencia de una conexión acuática entre el Nilo y el Mar Rojo no significa que ésta fuera navegable, incluso hay quienes afirman que no todo el trayecto se hacía en barco, sino que en algún trecho los desguazaban las naves y las transportaban por tierra.
La posibilidad de la existencia de una comunicación natural implicaría que para unir el Nilo con el Mar rojo no era necesaria la excavación de todo el canal, sino que quizá con la profundización de algunos tramos se podía lograr la navegabilidad en toda su extensión y de esa forma los costos de esas obras podrían exceder a los beneficios.
También hay que considerar que los conceptos de costos y beneficios de los antiguos egipcios pudieron haber sido muy diferentes de los nuestros. Por ejemplo, la expedición marítima de la faraona Hatshepsut al reino del Punt (Muy promocionada en bajorrelieves de la época, donde hasta se muestra la hija del rey del Punt, una mujer obesa probablemente con problemas hormonales) y pese a que los faraones eran bastante manipuladores y mentirosos, ya que sus historias oficiales esculpidas en bajorrelieves en sus templos eran más unos avisos comerciales que otra cosa, esos recordatorios seguramente obedecen a un hecho histórico real, que probablemente no tuvo fines estrictamente comerciales y/o militares sino, que fue fundamentalmente una demostración de poder para reafirmar su autoridad, ya que su acceso al poder, debido a su sexo, era algo que sería cuestionado por más de algún descendiente de faraón que se creía con derecho al trono.
O sea que aunque no se hubiera dispuesto de una tecnología como para ejecutar una obra de la envergadura del canal no puede descartarse que existiera una vía acuática de comunicación entre el Mar Rojo y el Nilo en tiempos de Hatshepsut y aun anteriores.
También merece un comentario el hecho que la propuesta de Ptolomeo Philadelphus de unir el Mar Rojo con el Mediterráneo como el actual Canal de Suez hubiese sido descartada por la creencia que el nivel del Mar Rojo era superior al del Mar Mediterráneo. Si Darío había construido un canal desde el Nilo al Mar Rojo varios siglos antes, es evidente que hubo una conexión entre el Mar Rojo y el Mediterráneo y nunca nadie habló de inundaciones o sea que era claro que la diferencia de nivel entre ambos mares era irrelevante y perfectamente conocida en la época. Se puede pensar que los asesores de Tolomeo eran de primera línea y no deberían cometer errores tan groseros y que hubo alguna circunstancia que los llevó a pensar de esa manera y ello podría explicarse admitiendo que el canal de Darío tuviera esclusas para salvar desniveles naturales, lo cual pudo haber confundido a los asesores. Igual concepto tenía el ingeniero jefe de Napoleón dos mil años después y también fue un obstáculo para De Lesseps, creo que este es un aspecto sobre el cual no se ha investigado lo suficiente y que merecería una mayor atención.
Resumiendo se podría decir que la existencia del “Canal de los Faraones” en tiempos de Hatshepsut y aun anteriores, no puede descartarse ni aceptarse, los argumentos de Posener y Redmount en contra de su existencia soslayan el hecho que la geografía y el clima cambian con los años (antes de la construcción de la Represa de Assuán el delta del Nilo avanzaba cuatro metros por año y si miramos un mapa de Egipto podemos observar una convexidad originada por la sedimentación del material sólido aportado por el río) ya que hay presunción fundada de la existencia de una conexión natural en tiempos remotos. Tampoco es aceptable el hecho que porque en viejos papiros o en los bajorrelieves de templos egipcios muestren flotas navegando por presuntos canales en busca de negocios y gloria hay por qué creerles, creo que todavía habrá que investigar para llegar a una conclusión definitiva de la existencia o no del canal en tiempos de Hatshepsut y aun anteriores, parecería que un conocimiento más profundo de la historia geológica y del clima de la región podría brindar los argumentos definitivos sobre la presunta existencia de dicha conexión.
Este trabajo obtuvo mención en el concurso del Instituto Uruguayo de Egiptología, 2005.
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Este post fue publicado por primera vez el 2009 06 30, esta versión presenta modificaciones respecto a la publicada esa fecha.
Enlaces
es.wikipedia.org/…/Tecnología_del_Antiguo_Egipto
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