PEÑAROL ES UNA RELIGIÓN

Como viejo hincha de Peñarol, no solo estaba acostumbrado a verlo ganar, sino a verlo ganar con una mística, el Peñarol que yo acostumbraba a ver, el Peñarol Campeón del Siglo, era más que un cuadro de fútbol.

Creo que uno de sus grandes Presidentes, Washington Cataldi[1], lo definía muy acertadamente: decía que Peñarol era una religión. Y creo que tenía razón, el Peñarol de otros tiempos no eran solamente sus jugadores, su cuerpo técnico, sus dirigentes, sus hinchas, tenía algo intangible que lo hacía diferente.

Cuando entraba a la cancha aquel Peñarol capitaneado por el Tito Goncálvez, con la camiseta de manga larga y al son de “Dale, dale los peñaroles”, se sentía olor a victoria y los rivales también lo respiraban.

Ahora todo eso se perdió, el Peñarol actual es un equipo de fantasmas sin alma ni rumbo, que deambula en una cancha de fútbol disfrazado de jugadores de Peñarol.

Parece que los actuales dirigentes no se han percatado de la importancia ni de la esencia de la mística, piensan que con la construcción de un Estadio (que fue algo muy importante) van a venir los triunfos, que eso es más importante que defenestrar a Begoechea y a Pacheco de la manera que lo hicieron, no se puede hacer eso con dos jugadores que forman parte del patrimonio intangible de Peñarol (Zalayeta dio una señal que debió ser captada por la directiva), pero en realidad lo del Estadio suena más a la construcción de un ataúd de lujo que a otra cosa.

Peñarol tiene que jugar con un marcador de punta derecho con el número cuatro, y de ser posible que su apellido sea González, tiene que tener punteros veloces como Ghiggia, Borges, Abadie, Cubilla, Joya, Quevedo, Ramos, Alzamendi o Vargas[2] (también se podría citar a Estoyanoff), o caudillos como Obdulio, Goncalvez, Olivera, Gutiérrez o Trasante, y dirigentes de la talla como Cataldi o Güelfi, si no, no se consigue un Peñarol con mística.

Es necesario rescatar los valores intangibles que hacen de Peñarol una religión y no una banda de inadaptados sociales capaces de cometer cualquier tipo de tropelías.

 

 

 

 

 

 

 

[1]  Para tener una idea de las dimensiones de Cataldi como dirigente se puede citar al entonces Presidente de Boca Juniors de Argentina Alberto, que dijo “Si hubiera pases de dirigentes como de jugadores, yo lo compraría a Cataldi”.

[2]  El Polilla da Silva, en su segunda vez como técnico de Peñarol, en una conferencia de prensa, dijo que uno de los problemas de Peñarol era que no tenía jugadores rápidos, que el único que tenía era el argentino Luque. Pero nunca lo puso. Recuerdo que cuando Bengoechea era Director Técnico, una vez hizo jugar juntos a Luque y Palacios (que también era rápido), fue una exhibición de fútbol como hacía años no brindaba Peñarol. Al otro día, en un diario capitalino, lamentablemente no recuerdo cuál fue, ni el periodista que lo escribió, se publicó un artículo titulado, más o menos así, “Ganó a lo Peñarol” y aclaraba que no era eso de ganar en los últimos minutos, sino que ganó jugando como el Peñarol campeón de todos los tiempos, con punteros veloces jugando abiertos sobre la raya, algo que parece que se olvidó.

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