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LA CIGARRA

noviembre 5th, 2010

En la escuela siempre nos enseñan cosas que uno nunca sabe si es para formarnos o para deformarnos, lamentablemente uno no siempre se percata de cómo vienen las cosas, una de ellas es la fábula de la cigarra y la hormiga, que nos muestra lo bueno que es ser trabajador en vez de andar cantando sin preocuparse por el futuro, y de lo bueno que es ser como las hormigas y lo malo que es ser como las chicharras que se pasan cantando al santo botón todo el verano y después no tienen que comer en el invierno y se mueren.

A mí, que de chico no me atraía para nada la idea de trabajar, no era una fábula que me gustara mucho, para mí ahí salían ganando los malos, pero reconocía que, en general, todos la encontraban  muy didáctica y formativa.

Pasó el tiempo y no me preocupé más por la fábula, hasta que un día, no sé por qué razoné de esta manera “Después de todo tanto la hormiga como la cigarra viven en un mundo competitivo y feroz donde sobreviven los que mejor se adaptan, entonces si ambas especies sobrevivieron en ese mundo ¿Por qué las hormigas son mejores? O ¿Será que las cigarras no se extingan y las hormigas sí? Obviamente nadie tiene las respuestas, pero entonces postular la superioridad de las hormigas como ejemplo de supervivencia parece un razonamiento con pre concepto. Incluso si alguien argumentase que en el futuro las especies que sobrevivan serán las que se organizan socialmente, porqué no admitir que las cigarras no evolucionen hacia un tipo de organización social. De todos modos la tesis de la supervivencia de especies que evolucionen hacia formas de organización social, debería fijarse en la capacidad de supervivencia de las moscas y las cucarachas antes de hacer esa afirmación. Por otra parte pensar que la organización social de las hormigas puede ser un buen ejemplo, parecería que sería fomentar una sociedad marcadamente clasista.

Pero si analizamos la vida de una cigarra, vemos que no nació para cantar y no hacer nada, sus madres ponen sus huevos sobre la tierra y mueren, los huevos penetran en la tierra y se transforman en ninfas que, en un período que va de uno a muchos años, sobreviven alimentándose de savia de las raíces, al cabo de este tiempo, si pudieron sobrevivir, sufren una metamorfosis en épocas cálidas,  y se transforman en adultos listos para aparearse.

La naturaleza no proveyó a las cigarras de aptitudes para superar la época templada, no podrán sobrevivir al verano, porque genéticamente son así.

Entonces tienen la época cálida para reproducirse, y los machos, sabiendo que el tiempo es corto, desesperadamente tratan de atraer a las hembras, y lo hacen con su canto que no es un canto como el que escuchamos en la radio, sino un aullido desesperado llamando una pareja porque se le acaba el tiempo. No es diversión, en realidad la cigarra no canta, hace su trabajo igual que la hormiga, pero lo hace diferente.

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LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSAURIOS

marzo 8th, 2010

 

La película “Parque Jurásico” utilizó la atracción que ejercen los dinosaurios sobre el público y creó una verdadera dinosauriomanía, aparecieron juguetes, documentales, merchandising, artículos periodísticos y científicos sobre ellos, en fin, los dinosaurios se pusieron aun más de moda de lo que siempre estuvieron.

La razón por la cual esas voluminosas bestias antediluvianas despiertan tanto interés es, sin duda, el asombro que causa a mucha gente el hecho que seres de semejante tamaño hayan desaparecido del planeta, es impensable que seres con todas las posibilidades de imponerse por la fuerza a sus adversarios puedan extinguirse. La verdad es que eso de lo del tamaño y la fuerza es una mentalidad machista y autoritaria y no hay nada más alejado de la realidad, hasta podría decirse que una de las causas de la extinción fue que eran demasiado grandes.

En realidad la circunstancia de la desaparición de especies no debería ser motivo para llamar tanto la atención porque ha venido sucediendo desde el principio mismo de la vida, incluso se reconocen varias extinciones masivas[1] en las cuales un elevado porcentaje de especies desaparecieron en un lapso geológico relativamente breve, pero como tenían menos marketing publicitario que los dinosaurios y pasaban más desapercibidas, pasaron al olvido sin pena ni gloria, es más, en la última extinción masiva, en la cual desaparecieron los dinosaurios, junto con ellos desaparecieron también muchas otras especies de menor porte y también vegetales.

Los dinosaurios hicieron su aparición sobre el planeta hace apenas unos dos cientos millones de años y desaparecieron abruptamente hace unos sesenta y cinco millones de años, en realidad un lapso relativamente breve en la historia de la vida sobre la Tierra. Existen infinidad de teorías que pretenden explicar la desaparición de los dinosaurios, algunas serias, otras disparatadas, también ha sido la causa de algunos comentarios humorísticos “La era de los dinosaurios ya había durado demasiado y fue una equivocación desde el principio” o “Al ver tal cantidad de posibilidades fantásticas de extinción, uno se pregunta ¿Cómo se las arreglaron para sobrevivir tanto tiempo?”

Entre las tantas teorías sobre la extinción, las hay de todo tipo, como por ejemplo, que los huevos de los dinosaurios tenían la cáscara muy gruesa (por incorporación de demasiado calcio en la dieta) lo que impedía que la cría la pudiera romper, también hay otra que dice que las cáscaras eran demasiado finas (por falta de calcio en la dieta) y el huevo se rompía (ninguna de las dos explica porqué simultáneamente también desaparecieron otras especies), también hay quienes sostienen que murieron por estreñimiento: el Dr. Fritz Kahn dice “Los helechos contienen aceite laxante y con las pteridofitas[2] perdió la raza de gigantes su purgante habitual. Los grandes señores se volvieron gruñones, reacios a luchar y a amar, y así perecieron vergonzosamente de estreñimiento”. Todas estas hipótesis se pueden leer en internet en un artículo titulado “45 hipótesis acerca de la extinción de los dinosaurios”. Recientemente, el ocho de enero de dos mil ocho, en el diario “El Mundo” de Madrid, en un artículo titulado “Los insectos acabaron con los dinosaurios”, se puede leer la que sería la cuadragésima sexta causa de la extinción, elaborada por los paleontólogos estadounidenses de la Universidad de Oregón, George y Roberta Poinar[3] en su libro “¿Qué sacó de quicio a los dinosaurios? Insectos, enfermedades y muerte en el Cretácico”.

Aunque parezca una perogrullada, vale la pena recalcarlo, es fácil de imaginar que una de las principales dificultades para saber qué fue lo que le sucedió a los dinosaurios es que los hechos ocurrieron hace más sesenta y cinco millones de años, la verdad que casi parece magia que se sepa algo de lo sucedido hace tanto tiempo y que se le pueda poner fecha con alguna precisión, esta es, a mi juicio, una de las principales causas que no haya consenso generalizado sobre lo que pasó. Este es un aspecto sobre el cual casi no se habla, pero sesenta y cinco millones de años es mucho, pero mucho, tiempo, encontrar fósiles y determinar que pertenecieron a esa época parece casi un milagro y saber que desde hace sesenta y cuatro millones de años no se encuentran dinosaurios es casi magia, claro que todo esto da para que aparezcan charlatanes de todo calibre.

La hipótesis más aceptada de la causa que provocó la extinción de los dinosaurios es la de la colisión de un asteroide con la Tierra, que originó una nube compuesta de vapor de agua, humo y diversos componentes que se extendió por todo el planeta impidiendo el paso de los rayos solares por un período que pudo ser de varios meses, lo cual provocó un prolongado descenso en la temperatura (un “invierno nuclear” natural), reduciendo significativamente la actividad fotosintética y con ello dificultando la supervivencia de los herbívoros y la de sus predadores, dicho de una manera simplificada, porque el  proceso es bastante más complejo que lo descrito[4].

En la península de Yucatán y parte del golfo de México se ha detectado un enorme cráter, el cráter de Chixulub, resultado del impacto de un meteorito de unos diez kilómetros de diámetro que habría sucedido por la época de la extinción de los dinosaurios y que según modelos teóricos habría sido suficiente como para causar un “invierno nuclear”. Sin embargo existen registros de impactos de otros grandes meteoritos que aparentemente no causaron extinciones masivas, como el cráter de Manicouagan en Canadá o el de Popigai en Siberia. También hay quienes sostienen que lo que provocó el “invierno nuclear” no fue la colisión con un meteorito, sino una gran erupción o grandes erupciones.

Por otra parte algunos científicos afirman que hacía mucho tiempo que las especies de los dinosaurios venían declinando porque el clima del planeta se estaba templando como consecuencia de los cambios de la circulación atmosférica y marítimas causados por la deriva de los continentes, que provocaban un lento pero inexorable cambio climático que llevaba a que el planeta fuera más templado y por lo tanto disminuyera la actividad fotosintética y, concomitantemente, la producción de alimentos, o sea que el destino de los dinosaurios, según los que sostienen estas hipótesis, estaría sellado sin necesidad de un cataclismo apocalíptico como la colisión con un meteorito o erupciones volcánicas. O quizá no se extinguieron y evolucionaron rápidamente hacia otras especies más adaptables.

Lo más probable es que, como siempre sucede, no haya una única causa que explique la desaparición de los dinosaurios, conjuntamente con un buen número de otras especies animales y vegetales, algunos de ellos de no tan gran porte, sino que haya sido la concurrencia de varios eventos más o menos contemporáneos, pero lo que sí es seguro es que todavía será motivo de discusión por varias décadas.

Vale la pena destacar, una vez más, que la extinción masiva que eliminó a los dinosaurios comprendió también a reptiles de menor tamaño e incluso seres unicelulares, o sea que el tamaño no fue única la razón por la cual se extinguieron varias especies en esa época. De todas maneras, aunque sesenta y cinco millones de años, a escala de tiempo de la evolución de las especies no es tanto tiempo, la naturaleza no ha hecho más experimentos con seres de ese tamaño después de su desaparición.

Steven Spielberg, que en “Parque Jurásico[5] no tuvo muchas preocupaciones sobre cuáles fueron las causas de la extinción de los enormes saurios, incorporó en la película un elemento sumamente perturbador, que avivó la imaginación de mucha gente debido a sus implicancias: la posibilidad de obtener ejemplares de especies desaparecidas a partir de genes conservados de alguna manera, en ese caso en ámbar.

Admitiendo que el progreso de la ciencia haga posible reproducciones de los desaparecidos dinosaurios habría que preguntarse si realmente éstos tendrían posibilidades de sobrevivir en el mundo actual y si toda la fantasía de la película (de esa y de muchas más que tratan sobre dinosaurios) podría volverse realidad.

La respuesta a esta duda se encuentra, obviamente, en el plano de las hipótesis, pero es claro que, en la actualidad, en el único lugar que eventualmente podrían sobrevivir sería en las selvas tropicales, porque serían los únicos lugares capaces de suministrarles alimentos en cantidad suficiente, además de una temperatura más adecuada.

Pero hay un hecho, que no es menor, que no debe ignorarse y es que estaban adaptados a un entorno con clima diferente, con duraciones de días más cortas y conviviendo con una flora y fauna que ya no existen, si se los ubicara en la actualidad, además de encontrarse en un ecosistema muy distinto, se verían obligados a competir con seres vivos con sesenta y cinco millones de años más de evolución y adaptados a las actuales circunstancias, además de tener que enfrentar los nuevos virus y bacterias.

Los dinosaurios tenían cerebros que no eran tan pequeños y, según parece, la relación entre el tamaño del cerebro y el peso del cuerpo fue creciendo a través del tiempo o sea que también fue en aumento la coordinación de movimientos. Algunas de estas especies eran bípedas, lo cual significa un sistema nervioso capaz de controlar a alta velocidad la coordinación muscular para el mantenimiento del equilibrio de enormes masas musculares, o sea que no eran unos seres tan primitivos, sino el resultado de una evolución muy sofisticada, incluso los grandes dinosaurios, para su tamaño, debieron estar dotados de una agilidad extraordinaria, sorprendente para sus dimensiones.

Pero aun suponiendo que tuvieran una buena capacidad de movimiento y una inteligencia similar, e incluso superior, a la de algunas especies actuales, si se pudieran obtener ejemplares vivos, como en “Parque Jurásico”, la discontinuidad sobre el planeta de sesenta y cinco millones de años los haría seguramente inviables hoy, porque seguramente no podrían adaptarse al entorno actual, fundamentalmente porque sus sistema inmunológico no sería capaz de contrarrestar las nuevas cepas de gérmenes patógenos.

 


[1]  Se reconocen cinco extinciones masivas de vida sobe la Tierra y, aparentemente, con el desarrollo de la civilización estaríamos en puertas de un sexta.

[2]  Se dice de las plantas criptógamas de generación alternante bien manifiesta; p. ej., los helechos.

[3]  Los Poinar son especialistas en el estudio de los insectos atrapados en el ámbar, algunos de ellos aún conservan la sangre que le extrajeron a los animales que picaron así como los microorganismos que causan algunas enfermedades transmisibles con las picaduras. Los insectos, según los Poinar, además de causar muerte y enfermedades a los dinosaurios, también favorecieron la expansión de plantas con flores en detrimento de las gimnospermas, que eran el principal alimento de los dinosaurios (aquí hay una contradicción con el Dr. Kahn que dice que el principal alimento eran las pteridofitas), pero a mí no me importa mucho.

 

[4]  Conviene recalcar que el problema de la extinción no fue tanto el frío, sino que los rayos solares no llegaban a la superficie del planeta y de esa manera no se producía actividad fotosintética y por lo tanto no se producían alimentos suficientes, según parece algunos dinosaurios mantenían una temperatura constante que les permitía independizarse de cierta manera del clima, por lo cual el frío no sería la causa de su desaparición, sino la dificultad de conseguir alimento.

 

[5]  Creo que merece un comentario lo del título del film, los dinosaurios desaparecieron a finales del Cretácico, en el Jurásico todavía estaban en su esplendor.

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EVOLUCIÓN

enero 10th, 2010

Desde la aparición de la vida sobre la Tierra, ha evolucionado constantemente, generando especies cada vez más complejas, eficientes y con nuevas habilidades. Ya desde sus principios la vida adoptó las más variadas estrategias de supervivencia y se adaptó para aprovechar las nuevas oportunidades que brindaban los azares de la naturaleza.

Un hito importante en la evolución fue la aparición de la actividad fotosintética, es decir seres vivos con un metabolismo que, utilizando la energía del sol, eran capaces de procesar dióxido de carbono y agua para producir materia orgánica, liberando oxígeno que hasta ese entonces no se encontrabaen la atmósfera de la Tierra como oxígeno libre. Hasta ese momento toda la actividad vital era anaerobia, pero la aparición de la fotosíntesis produjo cantidades tales de oxígeno libre que fue “contaminando” la atmósfera de modo de permitir la aparición de individuos que, para sus procesos vitales, podían utilizar directamente el oxígeno libre producido por la actividad fotosintética, de esta manera surgieron seres que no precisaban procesar materia para obtener oxígeno, lo obtenían en estado puro directamente de la atmósfera, con lo cual aumentó dramáticamente la capacidad de producir energía y les permitió hacer cosas que en condiciones anaeróbicas no hubieran podido hacer o les hubiera demandado muchísimo más tiempo, las velocidades de traslado aumentaron significativamente, la potencia de las nuevas especies fue sensiblemente superior, la movilidad aumentó hasta límites asombrosos como el vuelo de las aves.

Mientras la atmósfera iba aumentando su contenido de oxígeno, nuevas estrategias experimentadas por los seres vivos iban demostrando su eficacia, una de ellas fue la cooperación entre especies, que permitió el paso de los seres unicelulares a los pluricelulares, que tenían mayor eficiencia en el aprovechamiento energético al posibilitar la especialización de las funciones.

También hubo otra estrategia que tuvo un impacto dramático en la evolución de las especies: la aparición de la reproducción sexuada, pero no solamente por sus implicancias en cuanto a la diversidad genética, sino, y tan importante como eso, fue que hasta ese entonces los individuos podían perfectamente vivir y dejar descendencia sin relacionarse con otros de su propia especie, pero a partir de ese momento, inevitablemente, quedaron obligados, si querían perpetrar la especie, a tener algún tipo de contacto por lo menos con un individuo de su especie del otro sexo, esto llevó a cambios de conducta que en algunos casos condujo a la formación de grupos de individuos de la misma especie y al desarrollo de cooperación y actividad social, especialmente las que tienen mayor movilidad. Es claro que este tipo de cooperación fue diferente a la que condujo a la aparición de los seres pluricelulares, porque es entre individuos de la misma especie que tienen básicamente las mismas habilidades.

La reproducción sexuada tuvo otra consecuencia importante, como los individuos debían encontrarse, desarrollaron diversas estrategias para la detección rápida de la pareja, ya a través de colores, olores, movimientos, sonidos, etc. lo que llevó al desarrollo de la comunicación que se comenzó a utilizarla con otros objetivos, por ejemplo, las abejas se comunican moviéndose de determinada manera para indicar si hay alimentos cerca o lejos, algunos animales emiten diferentes sonidos para indicar la ocurrencia de determinadas situaciones, la más compleja y eficiente de las comunicaciones que se ha desarrollado es el lenguaje humano, que permite, además de dar  una cantidad de avisos de diversa índole, la transmisión de experiencias y conceptos.

Estas circunstancias mencionadas anteriormente, la aparición de seres pluricelulares, la actividad fotosintética y la reproducción sexuada, permitieron la evolución de las especies hacia formas más complejas y eficientes.

Pero la evolución no se detuvo ahí y apareció una nueva y exitosa facultad: la inteligencia, que suministró a quienes la poseían una poderosa herramienta de supervivencia, fue algo diferente a todo lo conocido hasta ese momento, el impacto de la aparición de la inteligencia en la evolución fue, seguramente, muy superior y más fulminante que las causas que provocaron las extinciones masivas de especies a lo largo de la turbulenta evolución de la vida, tanto que permitió lanzar la vida fuera del planeta en una nueva experiencia de la evolución, pero ésta no se detendrá y los azares de la naturaleza, conjuntamente con la ciencia y la tecnología, crearán nuevas habilidades, difíciles de imaginar, que agregadas a las ya desarrolladas, permitirán a los seres vivos, no necesariamente a los humanos, mejores condiciones de supervivencia y posibilitar su expansión por todo el Universo.

Aunque es posible que virus o bacterias terrestres polizontes en alguna misión a la Luna, Marte o algún otro ignoto destino ya hayan comenzado esa tarea, evolucionando en otros medios con otras exigencias y desarrollando nuevas estrategias de supervivencia adaptadas a los nuevos ambientes.

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