GALGUEANDO
Recientemente la Junta Departamental de Paysandú aprobó por unanimidad la prohibición de carreras de galgos en el Departamento, estableciendo que quienes incumplan con la normativa aprobada podrán ser pasibles de multas que pueden alcanzar las 400 unidades reajustables (más de cuatrocientos mil pesos).
Algunos argumentos esgrimidos para la aprobación del Decreto en la sesión de la Junta y algunos comentarios de prensa se transcriben a continuación:
- Combatiendo una actividad que conlleva terribles maltratos hacia los canes, porque son sometidos a dopaje, abandono y son víctimas de una verdadera industria con afán de lucro. Asimismo, hubo coincidencias de los ediles en el sentido de que la norma establece prohibir y no pretende reglamentar o regular, porque “el maltrato no se reglamenta, desde que no se trata de un deporte y sí de prácticas salvajes y aberrantes hacia los animales”. Diario El Telegráfo
- Se tomó la decisión por unanimidad debido a que es una actividad que implica un fuerte maltrato a los animales y no solamente por las carreras en sí, sino por todo lo que hay detrás de ellas: una reproducción forzada de los perros, un proceso de selección y descarte muy cruel y ni hablar del entrenamiento al que son sometidos, en los que muchas veces son utilizadas sustancias prohibidas para aumentar el rendimiento”, explicó Walter Verri, diputado por el Partido Colorado. Diario El País
- Una noticia muy bien recibida por cientos de miles de uruguayos sensibilizados con los perros galgos, conmovidos por el sufrimiento y el castigos a los cuales son sometidos con fines de lucro. Uruguay salvaje
Yo no entiendo bien todo lo anterior, pero creo que en Paysandú hay un hipódromo, que es uno de los más importantes del Interior del país, en el cual corren equinos que, obviamente son entrenados (deben ser entrenados livianito y sin prácticas aberrantes y a los que nunca le aplicaron sustancias prohibidas para aumentar el rendimiento) y que cuando no están entrenando parece que andan trotando libremente por los campos para poder aparearse con quien quieran (o puedan) y las carreras que se realizan son consideradas un deporte y que, de ninguna manera, existe un afán de lucro en esa actividad, por lo cual no corresponde prohibirlas.
Y hablando de reproducción forzada, según tengo entendido, en nuestro país (casi diría en todo el mundo desde hace miles de años) no hay productor rural, ni piscícola, ni apicultor, ni silvicultor, ni nadie dedicado a la producción animal o vegetal que no intente mediante cruzamientos forzados, modificaciones genéticas, injertos, implantación de óvulos, polinizaciones artificiales, etc., mejorar la producción.
Y la multa máxima de cuatrocientas unidades reajustables parece ser disparatada para los valores valor de las multas que se aplican en nuestro país, aunque cabría la duda de si los montos de las multas que se aplican en el país a todo nivel no son demasiado bajos.
Me parece que en lo de la defensa de los animales estamos llegando, a nivel oficial, a un ridículo impregnado de demagogia barata.
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