MITOS Y LEYENDAS SOBRE EL CAMBIO DE HORA
“Mitos y leyendas sobre el cambio de hora” es el título de un artículo publicado en el diario El Mundo de Madrid el veintiséis de octubre de dos mil once[1]. En ese artículo se presentan de manera bastante objetiva algunas de las ventajas y desventajas de adelantar la hora en verano.
Yo recuerdo cuando hice mi curso de Post-Grado en Madrid y se habló del cambio de hora, se dijo que el ahorro energético era del uno por ciento (más adelante expondré lo que dijo después de esto), ese valor del uno por ciento fue el que he escuchado esgrimir desde ese entonces, hace treinta y cinco años, que es el ahorro de energía, no sé de dónde salió el número, ni como se hizo el cálculo[2], pero un error del uno por ciento es para mediciones de laboratorio, el error de la medición es, seguramente mayor del un por ciento, o sea que no se puede afirmar categóricamente que se ahorre algo, además en el citado artículo se habla de errores menores, de hasta 0.03% (!), decir que en este tipo de mediciones se tiene un error de esa magnitud es un chiste de mal gusto.
También ese artículo dice que no es una medida que se adopta en todos lados, por ejemplo China y la India no lo hacen, tampoco se hace en los países ecuatoriales donde las horas de sol son siempre las mismas y no tiene sentido un cambio de horario. Ciertamente no se va a proceder de la misma forma con respecto al cambio de horario que en un país como Chile que en uno como Rusia (Siberia incluida), en Chile, que es angosto de Este a Oeste y es prácticamente una línea de Norte a Sur, siempre se está en el mismo huso horario, mientras que en Rusia cuando en Moscú es mediodía, al Este de Siberia está oscureciendo, es obvio que los criterios de adopción de la hora son muy diferentes en uno y otro lado. Es conocido el caso del Gobernador de la Provincia de San Luis en Argentina, que no cambió el horario porque si no, anochecía a las once de la noche, ahí el estar más al Oeste hacía que la Provincia de San Luis tuviera todo el año un horario de “verano” sin ningún cambio. Todas las consideraciones anteriores llevan a concluir que el cambio de horario puede ser bueno, pero no siempre es así.
Pero todo lo discutido ha sido sobre el ahorro energético, pero en sistemas de suministro de electricidad no importa únicamente la energía, también importa la potencia y aquí sí es donde puede haber casos claros que el cambio de horario es beneficioso, porque se elimina la superposición de los picos de demanda de la actividad industrial y el encendido nocturno de luces y es posible satisfacer la demanda con menos potencia instalada. UTE informó[3] el diez de marzo de 2012 que el cambio de horario significó un ahorro del 4,6% sobre la potencia máxima del día medio en el horario de diez y ocho a veintitrés (No sé como realizó el cálculo, dice que de energía ahorró el 0.9%, el número mágico). Esto significa que, con el cambio de horario, se puede satisfacer la demanda pico con menores potencias instaladas (léase: menores inversiones en centrales generadoras, es mucho dinero).
Todo esto tiene un pero, antes los picos de demanda se producían alrededor de las veinte horas los días más fríos de invierno, ahora con el abaratamiento de los aires acondicionados, los picos de demanda se producen los días de verano alrededor de las tres de la tarde, al menos en países desarrollados, no sé si es el caso de Uruguay. Si este fuera el caso, no tendría mucho sentido el cambio de horario porque el pico se produce por demanda para refrigeración y no por superposición de demanda industrial y de encendido de luces.
En realidad lo del cambio de horario no es algo tan claro de si es tan bueno o tan malo, lo que sí es algo que da, y dará, para la polémica.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/26/economia/1319640926.html
[2] Según el artículo de “El Mundo” el cálculo fue hecho por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos por los años setenta.
[3] http://www.elobservador.com.uy/noticia/220178/ute-ahorro-us-10-millones-con-el-cambio-de-hora/
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