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LA FÁBULA DEL SEÑALAMIENTO DE LOS TUPAS

diciembre 24th, 2015

 La novela de la vuelta de Amodio Pérez a Uruguay, procesamiento incluido es, sin lugar a dudas, una muestra de surrealismo genuino, casi diría que de un híper surrealismo que ni siquiera un genio como Dalí sería capaz de concebir.

En medio de un vendaval de verdades a medias (desinformación) de cosas que sucedieron hace más de cuarenta años, que quienes las vivieron las recuerdan de una forma distorsionada por el paso de los años, y muchas veces distorsionada intencionadamente, y quienes no las vivieron disponen de “fuentes fidedignas” que les permiten afirmar cualquier disparate a favor o en contra de cualquier cosa y que lo único que aportan es más confusión a algo que a muchos les conviene que siga confuso. Pero dentro de todos los disparates que se han dicho, hay uno que me asombra que se acepte a rajatabla: el asunto de los señalamientos. Parece que los delatores salían a pasear con los milicos, y a veces ellos también de uniforme, en vehículos militares para “señalar” a los tupamaros que andaban por la calle, generalmente por Diez y Ocho de Julio.

El periodista Gabriel Pereyra en un artículo publicado en Diario Cambio de Salto¹ escribía: “Jorge Guldenzoph fue un integrante del Partido Comunista. Detenido durante la dictadura pasó a colaborar con la Dirección de Información e Inteligencia. Apodado «El Charleta» y vinculado hoy a la secta Moon, fue denunciado por haber torturado y violado a una presa política. Entre 1975 y 1976, Guldenzoph recorría 18 de Julio señalando gente.”. Según esta versión, y muchas otras similares, los delatores salían a azar a encontrar tupas que andaban caminando por las calles, y parece que encontraban muchos, o sea que Montevideo, era un lugar que estaba lleno de tupas paseando por toda la ciudad, 18 de Julio incluida, y que, buscarlos al azar por la principal avenida de la capital, era una forma eficiente de encontrarlos, al menos hasta 1976.

Es cierto que los tupas andaban tranquilamente por las calles de Montevideo, yo he visto alguno por 18 de Julio, pero eso fue a mediados de los sesenta, que eran otros tiempos, porque a partir de 1973 las cosas ya no fueron como antes, si los atrapaban no sólo iban sólo a la cárcel (de donde se escapaban como queríanhasta ese momento), sino que les podían pasar cosas mucho peores, además sabían que habían delatores, o sea que sus paseos céntricos seguramente dejaron de ser tan habituales como antes² . Por otra parte hay que considerar que en 1976 ya quedaban muy pocos tupas sueltos en Montevideo, porque la mayoría de los que no fueron encarcelados o asesinados, con buen tino, emigraron a lugares más seguros, y los pocos que quedaron, no saldrían con la misma impunidad que años atrás porque las cosas habían cambiado, o sea que el Sr. Guldenzoph podrá haber paseado mucho por 18 con los milicos allá por 1976, pero tengo mis dudas que de esa manera haya podido señalar algún tupa, a menos que encontrase un despistado que por algún motivo hubiera tenido que andar por ahí.

Que hubo delatores y señalamientos no cabe duda, pero que los delatores salieran a pasear al azar por 18 de julio con los milicos a señalar tupas, es una versión híper surrealista de la delación, como toda la novela democrática de los tupas.

 

¹LA COLUMNA INFILTRADA “Otros traidores, cuyas acciones fueron incluso peor que las del ex tupamaro, viven como un vecino más en Uruguay” Política | 20 Sep. Por Gabriel Pereyra. Diario Cambio Salto.

²Además no andarían con la misma pinta de siempre, se cortarían el pelo de otra manera, se dejarían (o cortarían) la barba, se teñirían, maquillarían, usarían lentes, gorros, etc., etc. No sería tan fácil reconocerlos desde un vehículo en movimiento.

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