EL PEAJE DE LA VUELTA

Hace muchos años el Ministerio de Transportes y Obras Públicas adoptó una medida que se podría tildar de heterodoxa, pero que a mí me pareció maravillosa, y fue que los peajes no se pagaran a la ida y a la vuelta, sino que a la salida se pagara doble y a la vuelta se pasara de largo sin parar.
Con esta operativa uno se detiene una sola vez y, en los fines de temporada cuando hay recambio de turistas, los que volvían, que generalmente vuelven todos juntos, no estaban obligados a detenerse en los peajes, lo que, obviamente, agiliza el tránsito (los picos de tránsito de salida siempre son menores que los de entrada).
Cuando se adoptó esta medida pensé que quizás nuestro país, y nuestra Administración Pública, no estaban tan perdidos como yo creía. Fue una de las pocas medidas que el Estado había tomado, en sus casi dos cientos años de existencia, que no tenía por objetivo hacerle perder tiempo a los ciudadanos.
En realidad, cobrando de esta manera, no sé cuánto se perdía de recaudar por concepto de peaje, si es que se perdía, pero creo que no sería tanto.
Pienso que globalmente, al país y a los usuarios esa forma de cobro les resultaba más barato y, sobre todo, menos pesado. En efecto, de esa manera había que detenerse una sola vez, ganando unos minutos que se perdían por la detención del vehículo, esperar que los de adelante pagasen y luego pagar , esto si analizamos el hecho desde un punto de vista individual. Pero si pensamos en los recambios de turistas en el verano (esto vale para los peajes de entrada y salida a Montevideo), a fin de enero o los fines de semana largos, por ejemplo, esas detenciones no solamente le hacen perder el tiempo a quien tenía que pagar, sino que, a más de dos mil vehículos por hora, genera un problema de circulación mucho más grave que si no tuvieran que detenerse (los vehículos están mucho más tiempo, gastan frenos, nafta, embrague, los conductores se malhumoran, hay que organizar de un operativo retorno más complejo y costoso para la llegada, hay que gastar el doble en sueldos de los que cobran el peaje, hay aumento de posibilidades de accidentes porque la gente se pone nerviosa, etc., etc.), se llega a que, en definitiva, el cobro del peaje de ida y de vuelta, globalmente le cuesta mucho más al país que cobrar el doble a la salida.
Pero no hay felicidad que dure cien años, ni gobierno que la mantenga, cierto día el Ministro de Obras Públicas, o no sé quién, entendió que esa forma de cobrar los peajes no era la correcta y se volvió a lo de antes. Sin duda un retroceso, a menos que alguien me demuestre lo contrario.

1 Muchas veces lo que se debe pagar es una cantidad como por ejemplo $36, que puede hacerse con un billete de 50, 100 o más, pero que requiere que el cobrador tenga que darle un vuelto, lo que retarda la operación, o que uno tenga que rascarse los bolsillos para conseguir esa cantidad, y rascarse los bolsillos sentados en un auto (porque en general los conductores no llevan preparado lo que tienen que pagar), es algo que da stress y demora mucho.

Se autoriza la reproducción total o parcial indicando la fuente

Tags: , , , ,

Comments are closed.